viernes, 29 de junio de 2018

Madel: Sueños rotos

Continuamos con la tercera y última entrega, por el momento, de esta serie de artículos dedicados a los entresijos de la empresa Madel, revisando en este caso el declive de la empresa.

Madel: De la crisis a la oportunidad
Madel: Liderando el cambio
Madel: Sueños rotos


En 1979/1980 administración se traslada de Madrid a San Martin de la Vega. Es desde 1980 cuando las ventas empiezan a dar síntomas de flaqueza. Se incluyen otras líneas de juguetes, recuperando referencias de Madel y otros nuevos productos de asociaciones con la americana Hasbro.

Skedoodle comercializado por Madel y con licencia Hasbro
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Para 1983/1984 la situación se complica y se decide dejar de hacer el Madelman, se marcha gran cantidad de la plantilla original de Madel y se cambia el nombre de la empresa a San Marve SA, en aquella época cuando una empresa entraba en suspensión de pagos este dato aparecía en prensa, así que para no perder el buen nombre de Madel se cambió de nombre a la empresa y así evitar que esa noticia apareciera. Para 1985 se cerró San Marve y se abrió una nueva, Industrial SMV la cual funcionó con artículos de Scalextric, Scalextric SRS, Scalextric 4x4, Tente Elephant, Tente, Exin castillos, Exin West, Exin Basket, Exin Gol, muchos de estos productos se produjeron allí.


En 1985 sacaron el Madelman 2050 que será el último producto Madelman que se hizo diseñado en Exin como los vintage y producido en Madel (ya con nuevo nombre). Para 1989/90 los éxitos se habían acabado y la empresa cesó su actividad.

Publicidad Exin de Madelman 2050.

A principios del siglo XXI Cortefiel utilizó las instalaciones un tiempo y actualmente se encuentran abandonadas y podemos ver un alarmante deterioro en poco tiempo


Madel en 1980

Cortefiel en 2004 (foto José Manuel Cortes)

Vista almacén y al fondo edificio principal 2014

Edificio principal 2016

Vista entrada zona inyección 2016


Vista entrada zona inyección 2017 (Foto Tony Ayoso), se puede apreciar que ha desaparecido el techo.


Esta ha sido la historia de la empresa que produjo nuestras amadas figuras de acción.
Si bien es cierto que los grandísimos diseños llegados desde Barcelona (y en algunas ocasiones desde Madel mismo) fueron espectaculares, también es justo reconocer que las personas de Madel nos hicieron un magnífico regalo preocupándose de que el acabado de esos diseños estuviera a la altura, la de horas que metieron para obtener un resultado óptimo no podremos agradecérselas suficiente.
Todos ellos consiguieron que muchos aficionados nos enamoráramos eternamente de esos juguetes

La anécdota del tomahawk

Luis Andrés Campos, seguramente influenciado por su padre, heredó el gusto por hacer las cosas bien y siempre tratar de mejorar en caso de ser posible. El que fuera jefe de producción de Madel nos contó una anécdota sobre el tomahawk del indio que muestra el nivel de compromiso adquirido para ofrecer la mejor calidad posible en lo que realizaban.
  
Tomahawk de Madelman


El tomahawk indio es como un hacha hecha de 2 piezas, el palo y una pieza que simulaba una piedra como hacha, nos contaba Luis que se tiraron varias tardes hasta las tantas de la noche haciendo pruebas con esa pieza para que quedara un aspecto de piedra real, llegaron incluso a plantearse quitar ese complemento al no conseguir el aspecto deseado, el tesón ofrecido obtuvo al final un resultado que si gustó y pudo por fin ser el accesorio que hoy conocemos.

Esto demuestra la suerte que tuvimos de tener a unas personas al mando que amaban lo que hacían y tenían el mismo respeto por estos juguetes que podemos tener ahora los que los vemos como una obra de arte.

José María tuvo para capacidad de inventarse nuestros sueños y Francisco Andrés los hizo realidad para nosotros. No creo que haya forma de agradecer suficientemente el regalazo que nos dieron a aquellos niños que hoy no lo son tanto.


Esta serie de tres artículos ha sido elaborada por el grupo de investigación "Los Tochos"  de la mano de Jon Diez de Ulzurrun

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